Vikingos

Hace más de mil años, un pueblo del norte, de paganas costumbres y desconocido por los demás pueblos, ceñía sobre sus innovadores y veloces barcos un espíritu explorador forzado y empujado al mar del este por el frío clima, y la subsistencia de sus descendientes. El apogeo de este singular pueblo transcurrió durante los siglos IX y XI, período en el cual saquearon múltiples zonas de Europa, y constantemente la costa atlántica durante más de doscientos años, donde amenazaron la estabilidad social y política del imperio franco, Inglaterra, Sajonia, península ibérica, e Irlanda. Aunque sus temibles ratzias e incursiones derramaron la sangre de muchos inocentes, la complejidad del sistema social vikingo muestra otras prácticas como la colonización y el comercio, en el cual se convertían, además de grandes guerreros, en exploradores y comerciantes referentes en la época medieval.



Los vikingos procedían de las frías regiones de Escandinavia, (Noruega, Suecia y Dinamarca) y desde finales del siglo VIII iniciaron la exploración de territorios cercanos, que de facto fueron colonizados, como las islas Oreadas e islas Shetland. Los historiadores medievalistas, especialistas en el mundo vikingo, han analizado la expansión de los norteños apuntándolo hacia un considerable e importante crecimiento demográfico como causa fundamental. Mientras que otros historiadores apuntan a la expansión refiriendo una creciente y férrea autoridad por parte de los reyes escandinavos, que obligaría a muchos hombres a buscar mayor libertad en otros territorios. 
El interés de algunos pueblos continentales de Europa por los productos vikingos comenzó hacerse palpable a finales del siglo VIII. Los productos <estrella> de los que disponían los vikingos, eran sobretodo pieles y el cotizado marfil, que únicamente se podía adquirir de los colmillos de la morsa. La demanda de productos procedentes del norte era cada vez más elevada; surgieron puestos mercantiles, como el de Dorestad, situado en el bajo Rin, como núcleo mercantil que hacia de nexo entre productos y materias del sud y centro de Europa, con productos del apartado norte. El gran tráfico de productos comerciales en los que se encontraría: pieles, cueros, marfil, armas, joyas y vidrio, fomentó la actividad pirática en zonas del Báltico y en la parte superior del Atlántico. 


SOCIEDAD VIKINGA

La visión universal o cosmovisión que experimentaban las tribus escandinavas, era de gran riqueza y gran complejidad por sus distintas predilecciones hacia los dioses, en la cual todas las tribus vikingas tenían como referente a Odín. Los vikingos eran pueblos que esperaban <la muerte>, su percepción del mundo era la estar entre un gran conflicto entre gigantes y dioses. Asgard era el lugar donde residían los dioses y Midgard la tierra donde andaban los hombres. Dentro de la lucha mitológica ellos esperaban el  Ragnarök (la lucha final), mientras el momento final no llegaba, esperaban encontrar una muerte que les hiciera honorable a los ojos de los dioses, una muerte que les abriera las puertas del Valhala, el gran salón del reino de Asgard
Es preciso y acertado mencionar que la sociedad vikinga es un pueblo supersticioso, dotado de múltiples prácticas y oficios dedicados a la magia y al chamanismo. Entre los relatos rúnicos encontrados de más de mil años, se atisba la capacidad de realizar maleficios y elaborar pociones de amor, inclusive se atribuían la capacidad de ponerse en la piel de animales, como osos y lobos. Durante sus ceremonias era cotidiano los sacrificios de animales a los dioses, y en tiempos de guerra, se presentaban voluntarios para realizar la ofrenda a los dioses. El sexo tenía un papel muy destacado en estos procedimientos, los vikingos atribuían un carácter místico y divino al orgasmo femenino, vinculado a tomas de hierbas alucinógenas que alteraban el estado de la consciencia. 
Queda relegado a la más cómica tontería la idea generalizada de que los vikingos llevaban cuernos en sus cascos de combate. Pero una descripción física que si podemos realizar es: los guerreros más feroces de Europa, aquellos que sembraban el terror entre las gentes, se maquillaban el rostro y se tatuaban el cuerpo, lucían joyas y brazaletes para demostrar a sus víctimas y a sus contrincantes sus constantes conquistas.

La mujer vikinga no puede asemejarse a la mujer griega o romana, digamos que postergada al ámbito doméstico, su posición no era marginada ni menospreciada. La mujer vikinga, dueña de su casa, era vista por el clan o tribu vikinga como una persona importante dentro grupo, que trabajaba en el núcleo doméstico pero su voz podía ser escuchada en el Gran Salón. Las mujeres podían elegir si iniciar su trabajo en la guerra, cuestión que le era respetada. Aunque constan pocos documentos que hablen de formaciones militares femeninas, constan algunos relatos de cómo llegaban a ser formidables luchadoras y muy respetadas tanto en el clan, como en el campo de batalla.




INCURSIONES

La fecha que nos demarca el inicio de los ataques vikingos presenta una Europa exultante y bien definida bajo los parámetros culturales del <renacimiento carolingio>, y de su artífice por antonomasia, Carlomagno. Los primeros datos que se han obtenido sobre los ataques vikingos nos situan en la costa de Northumbia, actual Gran Bretaña. El primer asalto a territorio no escandinavo fue al monasterio de Lindisfarne en el año 793. Los vikingos, agradecidos a los dioses por haber encontrado tierra más allá del oeste, asaltaron el manso y plácido día a día de los monjes cristianos, desvalijando todo material de valor, y causando muchas muertes entre los infelices que allí coexistían. La primera incursión vikinga fue considerada un gran éxito por ellos mismos. Un aliciente indiscutible que fomentó las ratzias posteriores a territorio sajón fue la nula resistencia y protección de los lugares importantes donde se podía obtener riqueza y gran botín.
Al año siguiente, 794, fueron atacados los monasterios de Jarrow y Monk Durante éste período de primeras incursiones se especula la posibilidad de que algunas islas próximas a la actual Escocia hubieran sido conquistadas y colonizadas por los vikingos, ya que desde su ubicación, las ratzias podían ser más frecuentes durante la temporada estival, como se registra en las incursiones posteriores a la primera. Las primeras incursiones de los vikingos en suelo no escandinavo pueden catalogarse como éxito y principio de hegemonía. Les fue posible estacionarse en la costa oeste de la actual Gran Bretaña, estableciendo pequeñas colonias y asentamientos con salida al océano. 


La visión colonizante y hostigadora vikinga se dirigió hacia el continente europeo, aunque sin dejar de increpar a las ciudades inglesas. La ciudad de Londres fue saqueada entre el año 842 y el año 1015 un total de nueve veces. Las ciudades europeas, las pertenecientes al imperio franco, tampoco escaparon de las ratzias vikingas. París sufrió aproximadamente tantas como Londres, la más sonada fue la del año 885, donde 700 naves vikingas cruzaron el río Sena y asediaron París. El nieto de Carlomagno, Carlos el Gordo, llegó en 886 con un gran ejército, la batalla no se libró ya que hubo un pacto en que los norteños se beneficiaron de 700 libras de plata. Al retirarse el rey Carlos con sus tropas los vikingos faltaron al pacto y volvieron con sus naves a las puertas de París.
En el año 844 la primera expedición vikinga llegó a la península ibérica con un total de 80 naves procedentes de Garona. El fuerte temporal de la zona cantábrica empujó a los drakkars hacia las playas asturianas y cantábricas, donde los norteños estuvieron durante días saqueando la periferia de la actual Gijón. Tras algunos choques armados con los ejércitos de Ramiro I, los vikingos fueron rodeando la península hasta llegar a Lisboa, cuya ciudad fue víctima de un saqueo exhaustivo durante dos semanas. Desde Lisboa se dirigieron a las costas de Cádiz, y posteriormente a Sevilla, enfilando el río Guadalquivir llegaron a Sevilla acampando a su alrededor, y como mandaba su tradición la saquearon y mataron a gran número de sus habitantes. La incursión en Sevilla se vio frenada por la llegada de las tropas de Abd-al-Ramán I, de la dinastía omeya. 

Rutas de expansión vikinga


En el 865 se rompió la aparente paz que reinaba en las islas británicas con una nueva invasión. Vikingos daneses (Jutlandia) que habían estado realizando incursiones en Francia y Alemania formaron un gran ejército y dirigieron su atención y su ambición hacia Inglaterra. En cuestión de diez años la mayoría de los reinos anglosajones fueron masacrados o capitularon. Sólo los sajones del oeste (actualmente Wessex) resistieron la embestida vikinga al mando de Alfredo, único monarca inglés que sería llamado "el Grande". Durante los 200 años posteriores, Inglaterra quedó dividida entre los vikingos, los sajones occidentales y un puñado de reinos ingleses dispersos y atemorizados. La región vikinga fue llamada Danelaw ("bajo la ley danesa"). Los vikingos recaudaban un elevado impuesto, conocido como el Danegeld ("el oro de los daneses"), a cambio de la paz. Se convirtieron al cristianismo por la influencia sajona y fueron asentándose gradualmente. Con el tiempo los ingleses se volvieron contra los daneses y, en el 954, fue asesinado el último rey vikingo.
El éxito de la expansión de los vikingos está ligado unilateralmente al gran desarrollo de la navegación y de sus sofisticados barcos. Sin el trabajo de la tradición marítima, sería a día de hoy, impensable observar e interpretar como los drakkars, con su original diseño, recorrieron lo que hoy es Rusia, América, Gran Bretaña, Francia, España y parte del Mediterráneo. 

Drakkar encontrado en Dinamarca en 1997, posible construcción año 1095

















Comentarios

  1. MUY DIDACTICO , yo tambien soy una apasionada del tema , mas que nada , para tratar de entender de donde proviene mi forma de actuar ,,,, GRACIAS

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