Olivares, La Guerra de Sucesión y 1714: Inicio de un conflicto contemporáneo



ENCUENTROS Y DESENCUENTROS ENTRE CASTILLA Y EL REINO DE ARAGÓN

La relación política que mantuvieron el reino de Castilla, heredera de la Edad de Oro, y el reino de Aragón, podríamos definirla como una reciprocidad de encuentros y desencuentros, de complicidades y diferencias. Algunas fuentes de dudoso rigor histórico, formulan sobre la centralización territorial de España tras el matrimonio de Isabel la Católica y Fernando de Aragón. Ésta apreciación que puede resultar escalofriante al oírla, deja en el aire algunos matices importantes que derivan al confusionismo que yace hoy en día en la opinión pública. La unión de dichos personajes significó para la idea entendida como el Imperio Español, una trabajada unión dinástica que conllevó a unificar los intereses económicos y comerciales de dos proto-estados afincados en una misma península. Es preciso mencionar que tras la unión dinástica de Fernando e Isabel, ambos territorios mantuvieron unas Cortes, un sistema legislativo y unos rasgos culturales totalmente independientes de uno al otro, aunque dejando vigente una política de colaboración entre dos regiones distintas unidas por la vía monárquica. 
Las tensiones políticas quedaron patentes durante la primera mitad del siglo XVII, Castilla quedaba en el abismo de la banca rota por los constantes conflictos con Francia (véase la La Guerra de los Treinta Años, 1618-1648), donde se sumaba para Castilla la dificultad de hacer llegar las partidas económicas provenientes de las Indias, llegaban tarde y no retenían el tesoro necesario. La Casa de Guzmán, nobleza de Castilla, le ganó la partida política a la Casa de Lerma y formarían una nueva presencia como mano derecha del rey. Estas familias se disputaban el prestigio y la reputación de estar cerca de la figura del rey y de la política activa de Castilla. Tras conspiraciones entre diversas familias de la nobleza castillense, sale a escena un individuo proveniente de la Casa de Guzmán, Gaspar de Guzmán posteriormente conocido como el Conde-Duque de Olivares. Gaspar de Guzmán, valido y impetuoso político mano derecha de Felipe IV, impulsó sin lugar a dudas, la primera política de centralización territorial de lo que hoy es España. 

Memorial Secreto fechado el 25 de diciembre de 1624: " Tenga Vuestra Majestad por el negocio más importante de su Monarquía, hacerse Rey de España: quiero decir, Señor, no se contente Vuestra Majestad con ser Rey de Portugal, Rey de Aragón, de Valencia, Conde de Barcelona, sino que trabaje y piense, con consejo mudado y secreto, por reducir estos reinos que se compone España al estilo y leyes de Castilla, sin ninguna diferencia, que si Vuestra Majestad lo alcanza será el Príncipe más poderoso del mundo. [causacatalana.com]


Gaspar de Guzmán- El Conde-Duque de Olivares



Para emprender un principio de unificación territorial, Gaspar de Guzmán, en un contexto de crisis económica, caída demográfica y guerra con la Francia del cardenal Richelieu, planteó un proyecto político-militar basado en la aportación de hombres de las regiones sujetas a la monarquía financiadas por ellas mismas, en lo que se llamó la Unión de Armas.  La Unión de Armas planteaba que el Principado de Cataluña, el Reino de Portugal y el Reino de Nápoles, aportaran a los ejércitos de Castilla, 16.000 soldados pagados por dichos reinos durante dos años, para uno vez organizadas las filas del ejército, contraer la guerra con Francia.
Las Cortes Catalanas quedaron muy disgustadas por las intenciones de Felipe IV y del Conde-Duque de Olivares. Yacía el rencor entre los políticos catalanes el motivo de que el rey no se había personificado en el Principado ni en las Cortes desde su entronización, la visita a Barcelona para impulsar la política de Unión de Armas figuraba ser para el Principado, oportunista y subyugante. 

"El 16 de abril, el pronotario causó gran espanto entre los diputados al informales de que la discusión de todos los asuntos particulares debía hallarse concluida en el plazo de dos días; y, en efecto, dos días más tarde, leía en nombre del rey una elocuente petición de ayuda a los catalanes. Pero la elocuencia contaba poco ante la constatación de que la corona solicitaba 16.000 hombres pagados. A partir de ese momento, las Cortes degeneraron en una serie de violentos altercados." [Elliott, J. El Conde-Duque de Olivares. Pág-271]  


LA GUERRA DE SUCESIÓN (1701-1714)

La Guerra de Sucesión al trono del Imperio Hispánico, se plantea como el conflicto dinástico que puso en jaque la política de equilibrio europea. La posible entronización de un Borbón en el trono  hispánico dejaba entrever una alianza dinástica entre el Imperio Hispánico y Francia, capaz de plantear una hegemonía política y militar ante los enemigos más acérrimos del estado francés.
El 1 de setiembre de 1700, moría el rey Carlos II, último de la dinastía de los Austrias a la monarquía hispánica. La lucha por el trono hispánico se polarizó hacia dos bandos, Felipe de Anjou, nieto del emperador francés Luis XIV, y el Archiduque Carlos de Austria, segundo hijo del emperador austriaco Leopoldo I. Carlos II, el último Austria a la monarquía hispánica, recomendó como sucesor a Felipe de Anjou que fue proclamado rey en1701. El desequilibrio político que estimaba Felipe de Anjou, Felipe V de Borbón, para la política europea, motivó la fundación en 1702 de la Gran Alianza de La Haya, formada por Gran Bretaña, Holanda, Imperio Austriaco y Portugal; además de un conglomerado de austracistas partidarios del Archiduque Carlos de Austria. La Guerra de Sucesión acogía un teatro de operaciones de cariz internacional, donde las principales potencias se veían enfrentadas desencadenando un juego de alianzas.


Felipe de Anjou, Felipe V de Borbón



En el año 1703, el Archiduque Carlos de Austria era proclamado rey de la monarquía hispánica en Viena. La guerra se ejerció en territorio de la península atrayendo a un gran número de combatientes provenientes de toda Europa, fue una guerra moderna dejando de manifiesto nuevas tácticas y armamento militar.
Los primeros combates se efectuaron en 1702, pero no llegarían al Principado de Cataluña hasta 1705, cuando los catalanes se alzaron contra Felipe V de Borbón. Los motivos del alzamiento catalán quedan reflejados en que el nuevo rey Borbón, desde su entronización en 1701, no había jurado ni ratificado las Constituciones Catalanas, cuestión que tampoco hicieron los Austrias durante su mandato. Además, se sumaba a la reivindicación política, un sentimiento antifrancés a causa de las invasiones que había asumido el Principado de Cataluña durante La Guerra de los Nueve Años. Los austracistas catalanes tuvieron un gran soporte social a causa de su defensa constitucional ante el absolutismo borbónico de Felipe V, aunque cabe precisar que ciudades del Principado como Berga, Manlleu, Ripoll y Tortosa se declararon borbónicas. 

Dos comisarios catalanes, Domènec Perera y Antoni de Peguera i Aimeric, obtienen la misión de mano de  los <vigatanos> de Vic, de acudir a Génova y pactar con Mitford Crowe, embajador de la reina Ana de Inglaterra. El pacto de Génova queda sellado y ese mismo 1705, las tropas austracistas desembarcan en el puerto de Barcelona asediando la ciudad. La ciudad queda liberada del control borbónico en octubre de 1705, y el Archiduque Carlos entre una gran bienvenida del pueblo de Barcelona es nombrado rey de la monarquía hispánica. 
En 1706, Felipe V de Borbón, lidera un gran ejército con la intención de reconquistar Barcelona. La victoria de la batalla recae en las gentes del pueblo de Barcelona, que no dudan en aliarse con las tropas austracistas ante el asedio de su ciudad. Valencia y Aragón, atisbando los éxitos austracistas se rebelan contra Felipe V y comienzan su ofensiva hacia Madrid. La Batalla de Almansa en 1707, será una victoria borbónica que cambiará el signo de la guerra, tanto en la península como en las zonas de Flandes, Italia y Francia. Tras la Batalla de Almansa los reinos de Aragón y Valencia fueron conquistadas por las tropas borbónicas y por decreto de Felipe V, quedaban abolidas las instituciones y constituciones valencianas y aragonesas. En 1708, las tropas borbónicas entran en el Principado de Cataluña apoderándose de Lleida, Cervera, Tárrega y Tortosa, ciudades que simpatizaban con la causa borbónica.


Insignia de los austracistas catalanes




Durante 1710, acontecimientos dinásticos en el Imperio Austriaco hicieron plantearse a las potencias implicadas su papel en la Guerra de Sucesión. Había fallecido el emperador Jose I, por lo que su hermano menor, el Archiduque Carlos de Austria que residía en la corte de Barcelona, era nombrado emperador del Imperio Austriaco y coronado como Carlos VI. La entronización de Carlos VI al trono austriaco y la superioridad de las tropas borbónicas en el campo de batalla, produjo una política conjunta entre los países aliados para llegar a la paz con Francia y con la dinastía borbónica ya hegemónica en los territorios peninsulares.
Con el Tratado de Utrecht, firmado el 11 de abril de 1713, las potencias beligerantes ponían fin al conflicto con amplias ventajas para los países alineados con la Casa de Austria. Ratificado el pacto en el Tratado de Randstat el 6 de marzo de 1714, Gran Bretaña asumía un gran conjunto de privilegios territoriales y comerciales otorgándoles grandes oportunidades económicas, como la adjudicación de Gibraltar y Menorca. El imperio austriaco asumía los territorios de la monarquía hispánica en la península itálica, como el Milanesado, el reino de Nápoles y Cerdeña. El Tratado de Utrecht impedía una alianza dinástica entre la monarquía hispánica y Francia, negando así la construcción de un coloso imperial. Ante las negociaciones de paz, Gran Bretaña, olvidaba el compromiso adquirido en 1705 en la firma del Tratado de Génova, de mantener y defender las constituciones catalanas ante el absolutismo borbónico.

Mapa de alianzas durante la Guerra de Sucesión 1701-1714



1714: LA CAÍDA DE BARCELONA

Tras los tratados expuestos en el párrafo anterior, la causa austracista en Cataluña fue perdiendo envergadura paulatinamente. Durante 1712, los ejércitos de la Casa de Austria fueron evacuándose de la ciudad condal en dirección al imperio austriaco. El conde de Königsegg, el mariscal Guido von Starhemberg y el marqués de Ceva Grimaldi, máximos dirigentes austriacos en el Principado de Cataluña, pusieron fin a las hostilidades en Cataluña el 22 de junio de 1713. Tarragona cayó a manos borbónicas en julio de ése mismo año, dejando los arrabales de Barcelona al asedio de los ejércitos españoles y franceses. Barcelona, capital del Principado catalán, optó por la defensa del territorio con la esperanza de atisbar un cambio en las relaciones internacionales. La Junta de Brazos, dirigente del Principado de Cataluña, propugnó a efectos prácticos un autogobierno ejercido institucionalmente como República Catalana.
La ciudad condal y Cardona asumieron ser los núcleos en rebeldía contra Felipe V, el territorio del Principado había sido invadido por más de 90.000 soldados de la causa borbónica. Tras la formación de un ejército catalán comandado por el marqués del Poal, que actuó atacando las guarniciones borbónicas por todo el territorio, la ciudad de Barcelona resistió el asedio durante un año. El 11 de setiembre de 1714, las tropas borbónicas ponían fin al asedio de Barcelona realizando una ofensiva con 40.000 hombres. La defensa de capital se ejerció de la mano de 6.000 combatientes barceloneses comandados por Rafael Casanova y Antoni de Villaroel.
Tras la caída de Barcelona el 11 de setiembre, y a posterior, la fortaleza de Cardona el 18 de setiembre, comenzó un período de dura represión contra la población y contra las instituciones catalanas que habían ido formándose desde la época medieval. Las dos instituciones más emblemáticas del Principado de Cataluña, la <Generalitat> y el <Consell de Cent>, fueron abolidas de facto. La abolición de todos los privilegios catalanes, causó la perdida de toda capacidad legislativa, de control económico de la zona, judicial y de independencia política respecto a Castilla. La Real Audiencia de Cataluña y la Superintendencia, dos instituciones a manos de jueces y administradores procedentes de Castilla, comenzaron a gestionar el orden público, el catastro y la fiscalidad directa de los catalanes, además de una represión lingüística y cultural de las libertades catalanas. 






CONCLUSIÓN

Es imprescindible observar que la relación entre el poderío de Castilla y el del Reino de Aragón, en cuestión, el Principado de Cataluña, es la andadura de dos modelos territoriales legítimos y hegemónicos basado en diferencias culturales y de gobierno, pero a la vez, unidas por un mismo rey. La centralización territorial de lo que hoy conocemos como España, está indudablemente constituida bajo un halo político que en su teoría y en su práctica, tiene sus orígenes y su precedente en la Francia absolutista. La idea de una monarquía hispánica unificada y centralizada corresponde a la estrategia de volver a implantar en las divergencias y luchas europeas el poderío de una antigua Castilla, en ese momento en decadencia, mermada tras la incapacidad de sus dirigentes y de sus políticas para liderar la política europea.
La oposición catalana hacia la dinastía borbónica, residía en el rencor de las guerras anteriores, como la Guerra del Segadors (1640-1652) y la Guerra de los Nueve Años (1689-1697). Felipe V, nieto de Luis XIV de Francia, era un mal recuerdo visto ahora como monarca, como cabeza suprema de la monarquía hispánica. Es preciso añadir el cariz plurinacional del Principado de Cataluña observándose una polarización de la sociedad en los apoyos a los Austrias y Borbones, nunca hubo una hegemonía clara anterior a la guerra.  
Varios historiadores de renombre han calificado la Guerra de Sucesión Española como la I Guerra Mundial, una gran coalición de países europeos luchando en dos bloques definidos y opuestos, con la interesante apreciación de que la Guerra de Sucesión comienza siendo una gran disputa dinástica y acabará involucrada en un mar de concepciones nacionales, donde la idea romántica y los sentimientos la hacen imprescindible para comprender una cuestión contemporánea.  


BIBLIOGRAFÍA


- Elliot, J. (2012). El Conde-Duque de Olivares. Barcelona. Crítica. 
- Serra i Sellarés, F. (2013). Els Herois de 1714. Barcelona. Editorial Base.
- Cortazar, F  Vesga, J. (2012). Breve Historia de España. Alianza Editorial.
- Atlas Histórico Mundial II








Comentarios

  1. Cataluña no luchó jamás por su independencia, sino por tener a un Habsburgo, en la corona de España, en contra de Felipe V, un Borbón Todos, sitiadores y sitiados, ven claramente que la ciudad tiene los días contados porque el asedio es poderoso y los límites de la resistencia de los defensores están a punto de alcanzarse. Por ello, sus autoridades, la civil de Rafael de Casanova y la militar de Antonio de Villarroel, viendo con claridad el futuro inmediato, lanzan un último llamamiento a los defensores y demás habitantes de Barcelona para que acudan a las murallas rotas para el esfuerzo final. Pero al poner un plazo para ello y la condición de que aparezcan fuerzas suficientes para continuar la lucha, están revelando que lo que desean es agotar la última posibilidad y llegar a negociaciones sobre los términos de la rendición.
    “Se hace saber también que, siendo la esclavitud cierta y forzosa, en obligación de sus empleos, explican, declaran y manifiestan a los presentes y dan testimonio a los futuros, que han realizado los últimos exhortos y esfuerzos [posibles], protestando por todos los males, ruinas y desolaciones que sobrevengan a nuestra común y afligida patria y por el exterminio de todos los honores y privilegios [recibidos] quedando esclavos con los demás engañados españoles, y todos en esclavitud del dominio francés. Pero hay que confiar en que todos, como verdaderos hijos de la patria amantes de la libertad, acudirán a los lugares señalados a fin de derramar gloriosamente su sangre por su rey, su honor, por la patria y por la libertad de toda España.
    Y finalmente dicen y hacen saber que, si tras una hora de haber sido publicado este pregón, no comparece suficiente gente para llevar a cabo el propósito concebido, es forzoso, preciso y necesario hacer un llamamiento al enemigo y pedir capitulación antes de que se haga de noche para no exponer a la más lamentable ruina a la ciudad, para no exponerla a un saqueo general, la profanación de los santos Templos y al sacrificio de niños, mujeres y religiosos.
    Y para que sea conocido por todos, que en voz alta, clara e inteligible sea divulgado por todas las calles de esta ciudad.
    Dado en la Casa de la Excelentísima Ciudad residente en el portal de San Antonio, estando presentes los citados Excelentísimos señores y personas asociadas, a 11 de septiembre, a las 3 de la tarde, de 1714.”
    La experiencia independentista de 1640 les había dejado las ideas claras. Entonces no existía el derecho individual de cada uno para elegir en cada ocasión en qué bando luchar. Por lo tanto, hubo súbditos de Felipe V que, por decisión propia, se convirtieron ante él en reos de Lesa Majestad al haberse puesto de parte de los que querían arrebatarle la corona. Y fueron castigados conforme a los estándares europeos de aquel siglo XVIII. Las instrucciones precisas de Felipe V sobre el trato que debía dar a los resistentes cuando la ciudad cayera, en las que se decía que «se merecen ser sometidos al máximo rigor según las leyes de la guerra para que sirva de ejemplo para todos mis otros súbditos que, a semejanza suya, persisten en la rebelión».
    Así como el rey castigó la deslealtad, premió la lealtad de diversos modos. Por ejemplo, Cervera (Lérida) fue agraciada con la única universidad autorizada en Cataluña, y el escudo de Murcia recibió un león coronado que sujeta una flor de lis y un lema laudatorio, en reconocimiento del apoyo que había prestado al rey. Honores similares fueron concedidos a otras localidades españolas.

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  2. Gracias por tu precisa aportación Lucio Ramón. Con algunos colegas historiadores debatimos constantemente cuando nace el nacionalismo catalán, ahí la esencia del artículo, llegamos a la conclusión que aunque teniendo precedentes en el s. XVII, nace tras la finalización de la Guerra de Sucesión, tras la caída de Barcelona. El ideario sobiranista de Cataluña es un fenómeno contemporáneo complejo de desentrañar, pero ha ido gestándose desde hace mucho tiempo. Gracias y un saludo.

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