Más se perdió en Cuba

Menuda tensión social y política estaba viviendo España en el curso del s. XIX. La vida política estuvo diseminada y enfrentada entre absolutistas y liberales, modelos de Estado y modelos económicos distintos que alzaban la autoridad ejecutiva a golpe de pronunciamientos militares y golpes de Estados.
En 1874, España vivió un episodio llamado "La Restauración", en la cual los absolutistas, los partidarios del antiguo régimen y encabezados por el General Martínez Campos, devolvieron a los Borbones la corona de España. 
Ante el golpe de Estado absolutista, las clases populares fueron apartadas con saña de la vida política, con prácticas ilícitas que por desgracia se siguen viendo en el presente. Estos dos elementos que se utilizaron para apartar al pueblo de la vida pública fueron los turnos de partidos pactados y el caciquismo. De forma deliberada se comenzó a establecer pactos entre las fracciones políticas, liberales y conservadores, donde establecían los representantes de las provincias. Entre los dos partidos más representativos, acuñaban a estos representantes provinciales elegidos a dedo con el apelativo de "encasillado" y "cunero", el último apelativo haciendo referencia a los representantes que por ejemplo eran de Sevilla, y los ubicaban en Santander. 

El rey Alfonso XII (1874-1885)



Ante el comienzo del bipartidismo y el caciquismo, se iniciaron  las manipulaciones electorales. Los votos de la gente estaban controlados por los caciques de la zona, que llegaron hacer auténticas tramas para que la empresa fuese beneficiosa. Consta en documentos encontrados en archivos, como en las zonas rurales de ámbito liberal donde tenían que ganar los conservadores, se llegó a manipular el reloj del campanario para que los jornaleros llegarán tarde al colegio electoral, donde por supuesto habían votado todas las personas partidarias de los conservadores. 
España era un país retrogrado con ideas imperiales, sus principales colonias eran Filipinas, Puerto Rico y Cuba,  esta última era la más importante. Cuba, durante el año 1896 había conseguido el estatus de provincia a consecuencia de la guerra de 1877-1887, que fue el primer conflicto de independencia cubano, que la enfrentó durante diez años contra España. La burguesía cubana quería ser participe en la vida política de Cuba, la creación de la administración cubana, fue el desencadenante para que el burgués cubano que comenzaba a tener poder político demandase la autonomía de Cuba. El autonomismo/independentismo se agravó con otra problemática que yacía en el comercio; España había prohibido a Cuba producir los mismos productos que se realizaban en la península, ya que su comercialización podía incidir negativamente en los beneficios de España. Cuba era un mercado cerrado, con una proyección mercantil hacia todo el continente americano de la que no podía beneficiarse. 

Insurgentes cubanos


En la sociedad cubana, habían dos tipos burguesías establecidas en los puntos opuestos de la isla de Cuba. En el norte, estaban los denominados "criollos", personas nacidas en Cuba pero que tenían un origen europeo, y en el sud, una burguesía más numerosa que tenía a su ejercicio la explotación de los territorios de tabaco y azúcar. Estos terratenientes/industriales tuvieron el privilegio de ocupar las recién creadas instituciones provinciales de Cuba.
Durante 1896, explotó en Cuba dos movimientos independentistas, con el mismo fin pero de distinta clase, protagonizado uno por la burguesía, y el otro, por los "mambinos" que eran la clase baja. Ante la ola de violencia y altercados contra las autoridades españolas, fue enviado a Cuba el General Valeriano Weyler, que socavó la sublevación independentista dividiendo la isla cubana en partes, obligando a los sublevados a dejar las armas o a morir de hambre y sed por el cerco de las tropas españolas.

General Valeriano Weyler


Los Estados Unidos, atisbaron con atención lo que sucedía en Cuba, más que la represión vivida en Cuba a manos de Weyler, lo sustancioso era las oportunidades económicas que presentaba la producción cubana. 
Los EE.UU. habían conseguido consolidar hacía tiempo ya su unificación territorial, su auge económico se debió a la unificación de un mismo modelo político. La victoria de los estados confederados del norte logró una unificación de mercado, como de expansión. Los EE.UU estaban muy industrializados con respecto a España, y esta era un obstáculo para la expansión comercial de Estados Unidos en el Atlántico y el resto del continente americano (Doctrina Monroe). 
EE.UU decidió apoyar a la subyugada Cuba y declaró la guerra a España, la guerra de Cuba supuso un desastre militar para España, sus arcaicos barcos y cañones no podían hacer nada contra el sofisticado armamento americano; la armada de España estaba constituida por barcos de madera y cañones de hierro, mientras que los americanos habían desarrollado el "método Bessemer", que constituía en armar los barcos con estructuras de hierro, y los cañones forjados en acero inoxidable. La guerra fue un desastre para España donde tuvieron múltiples perdidas, los cañones españoles no lograban alcanzar las posiciones americanas, su alcance era de unos 15 km mientras el alcance de los cañones americanos era de unos 45 km. Se da algún caso de como militares españoles pactaron rendiciones con los americanos, para así dar una imagen a España de que se estaba luchando ferozmente por el honor a la patria, en el ejemplo de que la artillería americana disparaba a una hora pactada, pasados unos minutos la artillería española contestaba, y poco minutos después las tropas españolas se rendían.


Cuba significó que una potencia desconocida como los EE.UU se impusiera militarmente a otra. La consecuencia para España fue la de perder su colonia más competitiva y asimilar una derrota que le otorgó una baja autoestima nacional. Después del desastre de Cuba, España llegó a la conclusión que para seguir como referente en Europa y en el mundo, hacía falta una regeneración general mediante una fuerte industrialización, incluso regeneración política. La región española que más se benefició del desastre de Cuba fue la emprendedora Cataluña, que vio como la repatriación de capitales catalanes fue invertido en todas las industrias de la zona, donde la diversificación industrial favoreció a la economía catalana, aumentó la migración en las zonas industrializadas y aumentó considerablemente el concepto de clase obrera. El reto para España fue más ambicioso, las ideas imperiales y el resurgir como potencia en Europa no habían menguado después de Cuba. La estrategia española fue la de incurrir en Marruecos, principalmente por dos motivos, el primero,  asimilar y movilizar un gran numero de militares que habían estando operando en las colonias, sobre todo en Cuba desde hacia años. (La solución práctica fue la de movilizar a las tropas derrotadas y estacionarlas en el norte de África). Y el segundo motivo era el factor industrial, España puso los ojos en la zona del Riff, el este del continente africano para favorecerse de las ciclópeas minas de hierro, y así comenzar el urgente proceso de industrialización. Un progreso tardío que se hizo referente en otros aspectos del país como la política, la sociedad y la iglesia, desembocando en las penurias de los curtidos en África, y en una sociedad obrera, anarco-sindicalista, que veía como la burguesía atentaba contra su dignidad.   



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